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Los restauradores de árboles: Recuperando el patrimonio de Rivas tras FILOMENA

Los restauradores de árboles: Recuperando el patrimonio de Rivas tras FILOMENA

Los restauradores de árboles: Recuperando el patrimonio de Rivas tras FILOMENA

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Han pasado tres meses desde que ‘Filomena’ arrasó miles de árboles de Rivas Vaciamadrid. Una nevada histórica que duró 30 horas seguidas y que provocó la acumulación de una media de 50 litros de nieve por metro cuadrado, según la AEMET. Después de varios días de colapso de la ciudad por la nieve y temperaturas récord por frío con registros históricos, hielos se derritieron, dejando al descubierto daños gravísimos en el arbolado, tanto por colapsos y caídas de ramas como por heladas. Desde entonces hasta ahora, los servicios municipales han trabajado sin descanso para restaurar el patrimonio verde de la ciudad.

La primera labor que tuvieron que realizar los servicios de Rivamadrid fue de valorar los daños que había causado la borrasca en la masa arbórea de la ciudad, que se compatibilizó con la atención de 311 comunicaciones de vecinos y vecinas que solicitaron actuaciones urgentes relacionadas con los árboles. La revisión de los ejemplares uno a uno se fue desarrollando mientras se recogían toneladas de restos vegetales con los que la tormenta sembró calles y parques de la ciudad. El personal de Rivamadrid fue trasladando todos estos restos —junto a los que se recogieron, con un servicio de recogida de restos de poda que se ofreció de forma gratuita durante varias semanas a particulares— a una zona acotada del auditorio Miguel Ríos.

Las ramas y restos vegetales se contaban por toneladas: aunque no se han contabilizado de manera exacta, «para hacerse una idea, hemos estado sacando una media de cinco contenedores diarios durante dos meses», apunta Juan Manuel Díez, encargado general del Servicio de Jardinería de Rivamadrid. Parte de estos restos han sido pasto de las trituradoras —fue necesario alquilar cinco más, para sumarlas a las dos con las que cuenta Rivamadrid actualmente— y serán reutilizados para regenerar el suelo de los parques de la ciudad y zonas estanciales. «Aun así, no dábamos abasto: el volumen de restos ha sido tal que hemos llevado otra parte a Valdemingómez para su tratamiento en la planta correspondiente», añade el encargado general de Jardinería.

Nuevas plantaciones

Cuando ‘Filomena’ arrasó las zonas verdes a su paso, Rivas Vaciamadrid se encontraba inmersa en un proceso de reestructuración y renovación de su arbolado. «Esta ciudad ha crecido de manera un tanto impulsiva, y la necesidad de sombra en las zonas que se iban construyendo llevó a plantaciones precipitadas. Muchas se realizaban, incluso, por parte de la ciudadanía, que decidía plantar árboles aquí y allá, sin tener en cuenta implicaciones a medio y largo plazo como la especie, el ancho de las aceras, etcétera», relata Díez. Con el reciente Plan de Arbolado en la mano, Rivamadrid lleva varios años realizando plantaciones ‘ordenadas’, «teniendo en cuenta cosas como evitar las especies alérgenas, invasoras o no aptas para nuestro clima, además de aspectos paisajísticos y de otra índole. Se trata de pensar cómo va a crecer, qué pretendemos con esa plantación y qué nos va a ofrecer cada ejemplar», prosigue.

 (foto: Rivamadrid).

Este es el mismo planteamiento que se va a seguir a la hora de reponer el arbolado tras la gran nevada. «Estamos reponiendo lo perdido, pero quizá no se haga exactamente en el mismo sitio y con la misma especie. Lo que tenemos que tratar es de compensar el mismo volumen de masa arbórea que existía en diciembre: si hemos perdido un árbol, lo repondremos de manera más planificada y, a veces, más ‘amable», puntualiza Díez. Los servicios de jardinería de Rivamadrid están ultimando los trabajos previos a las plantaciones, que comenzarán en breve. Este mismo domingo se prevé una plantación forestal en Covibar, para la cual está previsto contar con la colaboración ciudadana.

Cambio de planes

«A nivel de servicio público, ‘Filomena’ supuso un parón completo en lo que teníamos planificado. Hemos dedicado los recursos que tenemos, y los que no tenemos, para poder poner al día la ciudad», apunta Díez. En total, Rivamadrid calcula que atender la catástrofe del arbolado ha supuesto, hasta ahora, un coste de 460.000 euros entre trabajos de retirada y gestión de restos vegetales caídos en parques y vía pública, podas y talas de urgencia, alquiler de maquinaria y contratación de brigadas de apoyo para ampliar la cobertura de los trabajos durante las tardes y los fines de semana. A ello hay que sumar otros 90.000 euros de coste de reposición del arbolado perdido. Un esfuerzo que, tres meses después de la nevada, todavía no ha concluido en su totalidad y que, al obligar a desviar recursos para esta tarea, ha provocado retrasos en la planificación de los quehaceres cotidianos de la ciudad. «A nivel de jardinería, todavía estamos poniéndonos al día para recuperar la posición que teníamos a principios de enero. Esperamos recuperar lo antes posible la normalidad», concluye Díez.

 (foto: Rivamadrid).

Un verdadero ‘drama arbóreo’

«El árbol se adapta mecánicamente a las fuerzas a las que está sometido logrando un equilibrio mecánico en su estructura en función de las cargas que soporta habitualmente. Pero ¿qué pasa cuando esas cargas mecánicas exceden con creces las habituales como ocurrió con la nevada del pasado mes de enero? Pues la estructura no las soporta y se fractura». Así explican desde el Servicio de Jardinería de Rivamadrid, los efectos que la borrasca ‘Filomena’ tuvo sobre el arbolado de la ciudad. Unos daños «gravísimos» que tienen consecuencias, también, sobre el resto del ecosistema urbano: aves, insectos y resto de cadena biológica presente en la ciudad.

Las ramas rotas que sembraron los parques de la ciudad en los días posteriores a la nevada pusieron de relieve lo que el alcalde de Rivas Vaciamadrid, Pedro del Cura, calificó en su momento como «auténtico drama arbóreo». Un desastre que se ha saldado con la muerte de numerosos ejemplares que no resistieron al temporal, y con daños de diversa consideración en miles de árboles de la ciudad. Hasta hoy, solo en el arbolado urbano —es decir, sin contar con el olivar de La Partija ni las zonas forestales de Mazalmadrit o el Arroyo de los Migueles—, se han contabilizado lesiones en 2.652 árboles de Rivas. La mayoría —2.410— resultaron con la copa dañada; otros 110 habían sido totalmente derribados; y otros 132 fueron talados en los días posteriores a la nevada por riesgo inminente de caída. Y esto no es todo: según advierte Díez, encargado general del Servicio de Jardinería de Rivamadrid, estos datos, previsiblemente, se incrementarán en las próximas semanas, ya que la evaluación del arbolado va a requerir actuaciones posteriores, «especialmente en forma de talas de árboles que han quedado gravemente descompensados, o que finalmente no han brotado al haber superado el umbral de su tolerancia de temperaturas bajas».

 (foto: Rivamadrid).

Metas externas

La mitad de los árboles dañados son pinos —tanto de la especie ‘pinea’ como ‘halepensis’—, y las coníferas, excepto cedros y abetos, que debido a su morfología han resistido algo mejor los efectos del temporal. Otras especies, como las palmeras, menos adaptadas al frío, han corrido, en general, peor suerte. Las zonas más afectadas de la ciudad han sido las más antiguas y, por tanto, la que cuentan con un arbolado de mayor edad: el parque de San Isidro y el resto de los ejemplares del Casco Urbano, así como los parques de Covibar, Montarco o Lineal, en el barrio Oeste.

C/ Mariano Fortuny, 2

28522 Rivas Vaciamadrid

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